Echarte
de menos en una tarde como esta, sabiendo que vendrás – que en un par de horas
entrarás por la puerta de nuestra casa. Por aquí todo te espera.
Dejaré
una vela encendida en la entrada y la lámpara encendida en la esquina de la
sala. Lavaré las cortinas y saciaré tus antojos. Te llenaré de besos, respiraré
tu aliento y me quedaré muda – sólo yo sé lo que mueves dentro de mí. Reinas en
mis universos, eres la diosa de los gatos y el amor de mi vida. Llegarás con tu
luz, inevitablemente llenarás cada rincón de vida y las plantas recobrarán su
vigor. Me mirarás, me abrazarás y me sentiré en casa; me dolerás con la belleza
punzante de Turiya and Ramakrishna.
Eres
mi bandera y te alzo sobre mi vida como mi estandarte, mi compañía innegociable,
conocedora de mis torpezas y mis intentos de ser lo mejor que puedo ser. Eres
fuente de alegría y tranquilidad, soberana; me haces sentir completa cuando me
abrazas por la espalda. Renuevas nuestros vínculos besándome entre las cejas y
me regalas toda tu nobleza.
El
amor vence siempre que los dos lados ofrecen todo lo que tienen en sus manos
sin miedo a perder, sin esperar ni ofrecer trampas. Vence cuando la estrategia
se resume en trazar salidas de paz. El amor vence cuando es de verdad amor,
cuando los lazos son genuinos, cuando las bases son firmes y resistentes,
cuando la vida de una es casi lo mismo que la vida de la otra.